Cuando el cuerpo sufre una herida como una cortadura, raspón, quemadura o llaga, la piel genera una reacción a modo de parche que crece sobre esa herida para así curarse.
La apariencia de las cicatrices puede variar dependiendo: su tamaño, edad de la paciente, tiempo y proceso de curación, profundidad de la herida, su herencia.