El melasma es una dermatopatología que puede afectar a cualquier persona. Aquí te diremos tres de los factores de riesgo, pero existen otros que también están relacionados con estos. Es por esto que siempre se recomienda cuidar la piel con productos dermatológicos incluso si no se tiene una afección cutánea que tratar.
Exposición sol y a los rayos UV: Siempre tendemos a pensar que el sol es algo tan natural, que incluso en ocasiones se recomienda y no dimensionamos el daño que puede hacerle a nuestra piel si no la protegemos previamente a la exposición. Este factor influye mucho cuando no se utiliza un protector solar con un alto factor de protección. Y cuando hablamos de sol no nos referimos únicamente al sol de vacaciones, sino a la radiación a la que nos exponemos diariamente.
Embarazo o menopausia: Ambos factores son causados por cambios hormonales que podrían controlarse muy difícilmente, por lo que resulta casi imposible zafarse de estos. En el caso del embarazo lo recomendable es cuidar la piel o intentar tratarla una vez pase esta etapa. En el caso de la menopausia se recomienda acudir a un dermatólogo, determinar el tipo de piel, el nivel de afectación y el tratamiento ideal para disminuir o eliminar estas manchas oscuras en la piel.
Toma de anticonceptivos orales: Este también puede ser un factor ligado a los cambios hormonales. En los manuales de los anticonceptivos orales se explican los efectos secundarios y aunque puede que el algunos no digan que provoca melasma, lo más recomendable es cuidar la piel para evitar cualquier afección cutánea, desde el acné hasta el melasma. La aparición de manchas es algo que empieza cerca de los 30, pero estas se forman, al igual que las arrugas, al menos 10 años antes de que podamos notarlas.